sábado, 17 de julio de 2010

Una locomotora negra


Para certificar la superioridad de la primera fecha, los All Blacks volvieron a pasar por encima al último campeón del mundo, Sudáfrica, pero esta vez por 31 a 17 y en Wellington.

Todo lo que Peter de Villiers, entrenador sudafricano, planificó durante la semana para lograr cambiar el rumbo de su equipo, duró menos de 5 minutos, ya que el segunda línea Danie Rossouw se ganó la tarjeta amarilla, regalo que no desperdiciaron los All Black marcando dos tries en 4 minutos.

Después de ese dramático comienzo para los africanos, el partido entró en un freezer hasta que los de negro decidieron aumentar la diferencia a travez del pie de Daniel Carter a los 30 minutos. A cuatro del final de la primera etapa, llegó la venganza para Rossouw que se despachó con un try, el cual fue convertido por Morné Steyn.

El segundo tiempo terminó de noquear a los Springboks, que se encontraron a los dos minutos con un penal a favor pero a los cinco la fueron a buscar adentro de su propio in-goal gracias al juvenil Rene Ranger. El encargado del cachetazó final fue Israel Dagg que a los 25 minutos apoyó el cuarto try y selló la victoria neozelandesa.

El encargado de decorar el resultado fue Schalk Burguer a los 34 minutos, marcando el segundo try para Sudáfrica. De esta forma se cerró el marcador 31 a 17.



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